Nos cegamos, no vemos alrededor, no nos fijamos en los pequeños detalles, en el humor de esa persona, en como la tratas, en qué le haces, en si le fastidia o no, en lo que piensa...
Solo la queremos para usar y tirar, para arrugarla cuando no nos gusta lo que nos dice, para cortarla cuando nos gusta a medias, para pintarla cuando la queremos cambiar.
Pero nunca pensamos, que eso nos podrá pasar a nosotros en un futuro, ya sea inmediato o lejano, que llegaremos a sentirnos como esa persona, sin darnos cuenta de lo que le hacíamos, sin saber que esos eran sus sentimientos hacia nosotros.
Nos sentiremos la ultima mierda, la de usar y tirar,la bola lista para arrugar, corta o pintar. Todo, menos lo que tenemos que sentir.
Que hay dos clases de personas... Las listas y las tontas.
Las listas, siempre a su rollo, las tontas siempre al rollo de los demás. Hasta que escarmientan, que duelen las cosas de verdad.. y ya no pueden más.